La noche lo tapa todo con su oscuridad,la luna y las estrellas son testigos mudos de mi desdicha.
Camino por una estrecha cornisa, de un lado el abismo de el otro el muro de tu indiferencia.
No puedo acercarme a vos. Ni siquiera sabes que existo.Eso no es suficiente para apagar lo que siento.
Dicen que el corazón quiere lo que quiere el corazón y mi corazón te quiere a vos.
Mi corazón no entiende la razón, solo entiende su misión.
La misión es amarte sin restricción, la misión es hacerte el amplificador de mi pasión.
Pero estoy envuelto en oscuridad, soy una sombra que no refleja mas que frustración, no hay nada que pueda ofrecerte
que ya no tengas, no puedo ofrecerte mas de lo que muchos te ofrecen, lo único que puedo hacer,
con toda seguridad mas que cualquier otro es admirarte.
Camino por la estrecha cornisa, con la luna iluminando con su nívea complacencia la ilusión inquebrantable de los tontos enamorados
con el la fresca brisa desdibujando mi rostro y revolviendo mi pelo.
Camino por la estrecha cornisa calculando mis pasos para no caer, apoyando mis manos en el muro que me impones.
No puedo caer en el abismo de el olvido y lo descartable.
No puedo llamar tu atención, soy invisible a tus ojos, solo una efímera llamarada lograra que sepas quien soy.
Cuando veas el revuelo y como se arremolina la gente preguntaras que paso.
Ellos te dirán que un hombre se suicidó, que dejo una nota para vos, que murió para que sepas quién es y por una vez tus ojos por fin lo vean.
La caída fue breve, el golpe seco, la carta en su mano voló por el viento y cayo por la alcantarilla.
Ella jamas se enteró quien era, ni que pretendía ni mucho menos la causa de su suicidio.
Su mueca de asco por la sangre que mancho la vereda fue lo único que el recibiría jamas de ella.
La moraleja es: morir de amor no garantiza que al destinatario de tu amor le importe, es preferible vivir con la esperanza a morir sin certezas.

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